En el corazón del campo de Romanos, en la histórica comarca del Campo de Daroca, una aldea gala resiste frente a todos los males y amenazas en lo más profundo de la España despoblada. Un pueblo en el que apenas quedan una decena de habitantes en invierno ha logrado desde 2007 aprovechar su principal recurso patrimonial, el yacimiento celtibérico que corona del pueblo, para relanzar su autoestima, su identidad y atraer visitantes. Todo ello gracias a la iniciativa de un equipo municipal comprometido con las posibilidades de desarrollo del pueblo, que ha hecho posible el estudio y valoración del castro celtibérico. Ahora sus restos (casas principalmente) están protegidos por un suelo de vidrio y el visitante puede activar una visita con realidad ampliada a través de códigos QRs. También hay una cueva pastoril en uso desde la Edad Media hasta tiempos contemporáneos, pero que, está por estudiar, pudo tener una función en el vecino asentamiento de la Edad del Hierro. Queda por descubrir la necrópolis que tenía cualquier asentamiento celtibérico de cierta entidad, como es el caso, porque este oppidum (ciudad amurallada) solo está excavado en una pequeña parte de su expansión urbana. Su ubicación es espectacular, ofreciendo vistas sobre todo el campo de Romanos y las sierras que circundan estos páramos cerealistas, probablemente mucho más boscosos en la era celtibérica.

El alcalde, el concejal de cultura y otros entusiastas colaboradores también han logrado difundir este patrimonio a través de fiestas y celebraciones con el legado celtibérico como foco. Así el último fin de semana de junio se llevó a cabo un interesante programa de recreación celtibérica que se complementará con unas jornadas sobre la mujer celtibérica.

En esta comarca, en la que la AAC promovió con los responsables de cultural dos jornadas de cultura celtibérica en 2021 y 2022, se están empezando a recoger los frutos. Así el sábado 29 Herrera de los Navarros desarrolló unas jornadas con visitas teatralizadas a su destacado yacimiento celtibérico y se habló de la mujer en la Celtiberia antigua.

El agosto, el 10 concretamente, también Badules ha organizado otra jornada donde todo el pueblo se implicará para recrear aquellos tiempos de nuestros ancestros celtibéricos, siguiendo una tradición ya asentada desde hace un puñado de años. Mainar, a su vez, pretende organizar en septiembre un festival de música de la Celtiberia, recuperando el mítico que se celebró a comienzos de este siglo con participación de destacadísimos músicos: Amaral, Carbonell, María José Hernández, Bardos druidas y otras movidas, etc.