Ángel Muñoz, presidente de la AACm hace entrega de la Tésera de hospitalidad a Raúl Carlos Maicas,

director de la revista turolense Turia

LAUDATIO

La «Tésera de hospitalidad» (con la que los antiguos celtíberos establecían pactos y hermanamientos) se ha venido concediendo a aquellas personas o entidades que han mostrado su compromiso con las tierras de la Celtiberia en sus distintas materias de interés. La AAC ha tomado el acuerdo de conceder la «Tésera de hospitalidad» a la revista Turia, una de las publicaciones culturales más veteranas y prestigiosas en el ámbito nacional de las letras y de las artes. Fundada en 1983 en Teruel, una de las provincias celtibéricas proverbialmente ignorada, ha sabido siempre armonizar la sutil pero inequívoca vocación reivindicativa por la creación aragonesa (Turia dedica siempre un apartado especial a Aragón) con el de la cultura contemporánea nacional y universal, huyendo así de la fácil endogamia y proporcionando a sus lectores contenidos de superior calidad artística y literaria hasta constituirse en una auténtica e imprescindible fuente de consulta cuya irradiación tiene su origen en la Celtiberia y cuyo ejercicio entronca y armoniza con aquel axiomático mirar hacia delante, horizontal y abierto que define el carácter celtibérico, tan opuesto a las miradas sotonapias o a las onfálicas y ensimismadas siempre empeñadas en particularizar la influencia cultural fundada en la bipolaridad de sus centros de irradiación. La revista Turia, sin embargo, ha sabido mantener un también proverbial quietismo intelectual no a la manera krausista, sino a la manera tangente a la conciencia. La conciencia de practicarlo desde un territorio omitido, pero que era habitable desde la tarea literaria y artística; conciencia respecto al protagonismo de un espacio consciente de sus valores y susceptible, por lo tanto, de contener las virtudes de esa nobilis mater que es la literatura y ―quizá lo más importante― conciencia de su mérito como tal y conciencia del propio valor de quien las ejercita.

Por todo ello, la AAC considera su labor singularmente merecedora de este reconocimiento, personificado en la figura de su apasionado e incondicional director Raúl Carlos Maicas, quien, desde su despacho, ha sabido hablar con la noche, con la tierra, con la realidad mercurial, con la materia natural de un temperamento seguramente convencido de que sus razones han sido siempre ejemplo de un talante que, desde nuestro Siglo de Oro, se ha convenido en llamar «cosmopolitismo aragonés».

Gracias, Raúl. Turia y tú sois siempre bienvenidos.